Cuarenta y siete años han pasado desde la “masacre de
los copreros”, ocurrida un 20 de agosto de 1967 a las 10 de la mañana en la
calle 6 esquina con avenida Ejido, en la colonia Cuauhtémoc de este puerto, y el gobierno nunca castigó a los culpables, reprochó el actual presidente de la
Unión Mercantil de Productores de Coco y sus derivados, Jorge Luis Salas Pérez.
Detalló que el conflicto se debió al resquemor
de empresarios por la fuerza adquirida por la unión, pues ésta favorecía los
precios en beneficio de los productores locales, debido a lo cual, caciques
tomaron por la fuerza la sede de la organización días antes de la matanza, la
cual ocurrió cuando se discutiría en asamblea regional, el futuro de la misma.
Recordó que aquella mañana fallecieron 35 personas y 150 resultaron heridas, entre las víctimas había hombres, mujeres y niños.
De los hechos responzabilizó al ex gobernador Raymundo Abarca Alarcón, por proteger a caciques de la época, quienes fijaban el precio de la copra a su conveniencia.
Recordó que en ese entonces el edificio de los copreros estaba tomado por el cacique Rosendo Ríos Rodríguez, cuyos trabajadores sacaron por la fuerza a los administradores de la sede, entre ellos el socio fundador de la Unión Mercantil de los copreros, Lorenzo Encarnación Urzúa, “y saquearon las instalaciones y las cuentas bancarias. La Unión Mercantil pagaba el kilo a 3.50 pesos el kilo de coco, y los acaparadores lo pagaban a 50 centavos, estaban robando”.
Comentó que debido a la fuerza adquirida por la unión, pues pagaba el kilo de coco a un mejor precio, empresarios, políticos y acaparadores le tenían miedo políticamente, pues ya integraba a mil 800 socios, principalmente de la Costa Grande.
Explicó que el precio de la copra influyó de forma determinante en el conflicto, pues la unión aglutinó a todos los campesinos que eran explotados con un impuesto extra de 13 centavos por kilo de coco vendido.
“Nunca se castigó a nadie”, lamentó Jorge Luis Salas Pérez, mientras mostraba fotografías de la masacre en blanco y negro, entre las que se observa un niño que vendía paletas abatido por las balas, así como una panorámica donde sobresalen los tiradores ubicados en puntos estratégicos y entre la multitud.
“Les tiraron desde diversos puntos”, describió Salas Pérez, quien señaló que apenas empieza el repunte de la copra, pues la están pagando 15 pesos el kilo.
Sugiere Agroindustrias explotar derivados del coco
En San Jerónimo, el director de Agroindustrias del Sur, Marcos Efren Parra Monorati, consideró que los copreros necesitan enfocarse en la explotación de otros productos derivados del coco, como carbón activado, sustratos o dulces, con el fin de lograr un aprovechamiento integral del fruto de la palma.
“Aunque el precio del kilo de copra es alto y reditúa buenas ganancias a los productores, el respaldo del gobierno estatal, a través de la Secretaría de Economía (Sedeco), será para aquellos que decidan explorar la comercialización de otros valores agregados, que en otros países, llevan mucho tiempo aprovechándose”, puntualizó.
En entrevista, durante una visita a la planta aceitera ubicada en esta ciudad, el director exhortó a los campesinos a acercarse a la dependencia a su cargo, la cual, junto con la Sedeco, impulsará proyectos productivos para aquellos agricultores que deseen iniciar empresas dedicadas a la transformación, industrialización y comercialización de los valores agregados de la copra, con el fin de mejorar su situación económica.
Parra Monorati dijo que es tiempo que el coprero deje de producir sólo aceite de coco como único derivado utilizable para la comercialización, y apuntó que el gobierno del estado planea respaldar con recursos económicos a aquellos que se interesen por ver como negocio verdadero y alternativo aprovechar los valores agregados.
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Recordó que aquella mañana fallecieron 35 personas y 150 resultaron heridas, entre las víctimas había hombres, mujeres y niños.
De los hechos responzabilizó al ex gobernador Raymundo Abarca Alarcón, por proteger a caciques de la época, quienes fijaban el precio de la copra a su conveniencia.
Recordó que en ese entonces el edificio de los copreros estaba tomado por el cacique Rosendo Ríos Rodríguez, cuyos trabajadores sacaron por la fuerza a los administradores de la sede, entre ellos el socio fundador de la Unión Mercantil de los copreros, Lorenzo Encarnación Urzúa, “y saquearon las instalaciones y las cuentas bancarias. La Unión Mercantil pagaba el kilo a 3.50 pesos el kilo de coco, y los acaparadores lo pagaban a 50 centavos, estaban robando”.
Comentó que debido a la fuerza adquirida por la unión, pues pagaba el kilo de coco a un mejor precio, empresarios, políticos y acaparadores le tenían miedo políticamente, pues ya integraba a mil 800 socios, principalmente de la Costa Grande.
Explicó que el precio de la copra influyó de forma determinante en el conflicto, pues la unión aglutinó a todos los campesinos que eran explotados con un impuesto extra de 13 centavos por kilo de coco vendido.
“Nunca se castigó a nadie”, lamentó Jorge Luis Salas Pérez, mientras mostraba fotografías de la masacre en blanco y negro, entre las que se observa un niño que vendía paletas abatido por las balas, así como una panorámica donde sobresalen los tiradores ubicados en puntos estratégicos y entre la multitud.
“Les tiraron desde diversos puntos”, describió Salas Pérez, quien señaló que apenas empieza el repunte de la copra, pues la están pagando 15 pesos el kilo.
Sugiere Agroindustrias explotar derivados del coco
En San Jerónimo, el director de Agroindustrias del Sur, Marcos Efren Parra Monorati, consideró que los copreros necesitan enfocarse en la explotación de otros productos derivados del coco, como carbón activado, sustratos o dulces, con el fin de lograr un aprovechamiento integral del fruto de la palma.
“Aunque el precio del kilo de copra es alto y reditúa buenas ganancias a los productores, el respaldo del gobierno estatal, a través de la Secretaría de Economía (Sedeco), será para aquellos que decidan explorar la comercialización de otros valores agregados, que en otros países, llevan mucho tiempo aprovechándose”, puntualizó.
En entrevista, durante una visita a la planta aceitera ubicada en esta ciudad, el director exhortó a los campesinos a acercarse a la dependencia a su cargo, la cual, junto con la Sedeco, impulsará proyectos productivos para aquellos agricultores que deseen iniciar empresas dedicadas a la transformación, industrialización y comercialización de los valores agregados de la copra, con el fin de mejorar su situación económica.
Parra Monorati dijo que es tiempo que el coprero deje de producir sólo aceite de coco como único derivado utilizable para la comercialización, y apuntó que el gobierno del estado planea respaldar con recursos económicos a aquellos que se interesen por ver como negocio verdadero y alternativo aprovechar los valores agregados.
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