martes, 3 de mayo de 2011

Huracán "El Tara". La tragedia del 1961


El 10 de noviembre de 1961 parecía un día como cualquier otro en el municipio de Tetitlan. Los pobladores de las comunidades se levantaron temprano para iniciar su jornada de labores y se dispusieron a tomar el camino hacia sus lugares de trabajo; sin embargo, algo raro fue percibido en el ambiente: un inusual viento frío y constante dio los buenos días a la población en general. Un viento que no cesó durante todo el día.
La población estaba lejos de imaginar lo que sucedería o podría venir en las próximas horas. Nadie pensó que se acercaba la pesadilla más grande y desastrosa de esta comunidad, que sería inolvidable para algunos que tuvieron suerte de vivir para contarlo.
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) el ciclón Tara es el séptimo huracán que más muertes ha cobrado en la historia del país desde 1909, con 436 víctimas, la mayoría de ellas en la comunidad de Nuxco.
Al llegar la noche, la lluvia arreció y el viento se volvió incontrolable. Eran las primeras ráfagas del ciclón, el más intenso que ha azotado la costa de Guerrero, sólo similar años más tarde el Paulina.
La madrugada del 11 de noviembre de 1961, la tragedia se hizo mayúscula, las ráfagas de viento de más de 100 kilómetros por hora eran el complemento de la tormenta que caía, y la que provocó el desborde del río Tetitlan, que inundó gran parte del pueblo, arrasando con casas, animales, personas y todo lo que encontraba a su paso.
Aunque la calma momentánea que se sintió por la mañana hizo sentir falsas esperanzas en los habitantes, minutos más tarde, el viento que sopló con más fuerza los regresó a la realidad. Las orillas del río dejaron de serlo, el agua entraba a todo el pueblo. Sólo las casas altas construidas de concreto eran el refugio de los desesperados pobladores.
Así transcurrieron las primeras horas de aquella mañana, entre el llanto, la desolación y la desesperación de la gente, principalmente de aquella que lo había perdido todo. “Parecía que todo había pasado, y fue entonces cuando inició el recuento de los daños”. “La noticia de que el puente que cruzaba el Rio Tecpan se había caído recorrió el arrasado lugar, haciendo que todos sintiéramos un frió más helado que el que reinaba en ese momento. Todo aquel día fue la misma historia, sólo agua y viento que no cedía en su fuerza”, rememoró.
Pero no sólo Tecpan fue víctima del fenómeno natural. Poco a poco las noticias comenzaron a llegar: “¡Nuxco se perdió!, ¡Tetitlán está inundado!, ¡Tenexpa no se conoce! Recuerdo como si fuera ayer cuando nos enteramos de lo que había pasado”.
Nuxco, comunidad ubicada aproximadamente a 16 kilómetros de Tecpan, quedó sepultada por las arenas del arroyo que a consecuencia de la incesante lluvia se desbordó. “Cientos de habitantes habían buscado refugio en las casas altas, otros se negaron a hacerlo y cuando se decidieron ya era demasiado tarde, uno de los habitantes de esa población quien asegura que después de todo aquel infierno, el mar que queda a una distancia de 2 kilómetros del pueblo, podía apreciarse con claridad desde cualquier punto de la población.
Al día siguiente, la calma reinó en la región. Se confirmó la noticia, el enorme puente que unía a las comunidades de El Suchi y Tecpan había cedido, según se dice, partido por la mitad por una enorme roca conocida como La Tambora, la cual fue arrastrada por la corriente hasta chocar con la estructura rompiéndola en pedazos.
El saldo fue de 433 muertos, miles de damnificados, 300 mil palmeras arrasadas y 10 mil cabezas de ganado perdidas.
En su portada semanal se leyó: “Ayúdenos señor Presidente”, en un llamado a las autoridades federales para que enviaran ayuda, la cual sólo podía llegar vía aérea, debido a lo incomunicado de la zona.
Pasada la tragedia, en Tecpan se formó un comité de auxilio integrado por personas altruistas y con dinero, así como militares y la sociedad civil. Debido a la escasez de alimentos, la gente tuvo que comer calabazas hervidas durante tres días, las cuales se repartían en un comedor que se ubicó en el corredor de una casa y al que arribaban diariamente más de mil personas entre hombres, mujeres y niños, a quienes además se les repartían ropa y medicinas.
A 48 años de aquel fenómeno, el pueblo de Tetitlan guarda el recuerdo de aquella tragedia que azoto estas tierras, la más dolorosa de que se tenga memoria.



FUENTE: http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2009/11/11/index.php?section=sociedad&article=012n1soc



4 comentarios:

  1. Muy buen documental, y que bueno que dan referencia del sitio donde investigaron para que el público corrobore la veracidad de la información, felicidades y le mando mi dirección para algunos datos que requieran.

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    1. TE COMENTO QUE TODO LO QUE DICE EL TEXTO DE ARRIBA ES CIERTO, YA QUE YO SOY DE NUXCO, GUERRERO, Y ME CONTABA MI ABUELITA Y MI MADRE QUE FUERON UNAS RAFAGAS DE AIRE MUY FUERTES, PERO QUE ERA MAS AGUA QUE VIENTO, LO CUAL HIZO QUE EL CERRO SE DESMORONARA Y CAYERA Y SEPULTARA EL PUEBLO, TAN ES ASI QUE EL NUEVO NUXCO ESTA CONTRUIDO SOBRE EL NUXCO ANTOGU, YA QUE LOS CUERPOS DE LAS PERSONAS Y ANIMALES SE DESCOMPUSIERON Y NO HABIA MANERA DE RESCATARLOS Y LOS MUERTOS DEL PANTEON SE SALIERON DE SUS TUMBAS POR LA FUERZA DEL RIO QUE SE DESBORDO, YA QUE SE JUNTO LAGUNA Y MAR Y CERROS DESBORDADOS.

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    2. TE COMENTO QUE TDO LO QUE SE CUENTA ES CIERTO, YA QUE YO SOY DE NUXCO, Y ME CUENTA MI ABUELITA Y MI MAMA QUE ERAN UNAS RAFAGAS DE VIENTO MUY DUERTES, PERO ERA MAS AGUA YA QUE ESTO HIZO QUE EL CERRO SE DESBORDARA Y SEPULTARA AL PUEBLO POR COMPLETO Y A ESO SUMALE ARROYO, MAR Y VIENTO, TE PODRAS IMAGINAR, FUE MUCHA LA GENTE QUE FALLECIO ASI COMO ANIMALES, TAMBIEN PERDIMOS UNA FAMILIARES DE LOS CUALES NO PUDIERON ENCONTRAR SUS CUERPOS, Y EL NUEVO NUXCO QUE SE ENCUENTRA ESTA CONSTRUIDO SOBRE EL ANTIGUO PUEBLO, YA QUE FUE INUTIL PODER RESCATAR TANTOS CUERPOS, ASI QUE TE DIGO TODO ESTO ES CIERTO.

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